El comercio local es mucho más que una simple transacción comercial. Cuando un vecino compra en un negocio local, está invirtiendo en su comunidad. Por eso, mantener el comercio local robusto es fundamental para preservar la diversidad y singularidad de nuestras comunidades. Porque generan empleos, contribuyen a la recaudación de impuestos locales y fomentan la cohesión social. Además, a menudo ofrecen productos y servicios únicos que reflejan la identidad y la cultura del territorio al que pertenece. A potenciar toda esta realidad poliédrica -porque es económica, social y cultural- se dedica Comerç Actiu, que representa al comercio local del Camp de Túria a través de la unión de las 17 asociaciones de comercio de sus municipios.
Con motivo del Día del Comercio Local, que se celebra este 25 de octubre en la C. Valenciana, desde la Mancomunitat Camp de Túria ponen en valor las fortalezas y oportunidades que el comercio local ofrece a la sociedad.
En primer lugar, la atención personalizada, recomendaciones adaptadas a las necesidades del cliente.
Destaca, por otro lado, la autenticidad, con productos locales elaborados a mano, lo que a menudo se traduce en una mayor calidad. Asimismo, desde Comerç Actiu se pone en valor el apoyo a la economía local en la compra de proximidad contribuyendo a la prosperidad de nuestra comunidad al mantener empleos y generar ingresos que se reinvierten en la región.
El comercio local no solo es una forma de adquirir productos y servicios, sino una forma de apoyar el corazón de nuestras comunidades.
En el Camp de Túria y en el conjunto de la Comunitat Valenciana, el comercio local es un motor económico. Durante la última década el empleo en el comercio minorista ha aumentado de forma continuada, con la excepción del año de pandemia. 2022 finalizó con 214.851 trabajadores (afiliaciones), casi tres mil personas más respecto al año anterior. Según los últimos datos, de septiembre 2023, la afiliación se sitúa en 217.424 personas, con un aumento de las ventas del 12,5% en el último año. Además del efecto laboral, un tejido comercial reforzado genera otras sinergias económicas. Por un lado, los negocios tienden a comprar suministros y servicios de otros negocios locales, lo que crea un efecto dominó que beneficia a toda la comunidad. Además, las pymes a menudo participan activamente en la vida local, patrocinando eventos comunitarios y contribuyendo a organizaciones benéficas. Esto refuerza el tejido social.
Además de la atención, la calidad y el impacto económico, hay un cuarto intangible, que remite a su contribución a la descarbonización. Se trata del comercio de proximidad y kilómetro cero, todo aquello que, al comprar cerca de casa, implica menos transporte y emisiones de carbono, lo que beneficia al medio ambiente.
A pesar de sus ventajas, el comercio local a menudo enfrenta desafíos en el mundo moderno. Entre las adversidades que amenazan al comercio local, destaca la competencia de las grandes cadenas y las compras en línea, así como las dificultades económicas.
Es vital que la comunidad se una para apoyar estos negocios.
En este sentido, las campañas de concienciación, los programas de fidelización y el trabajo desde el asociacionismo local pueden ayudar a superar estos obstáculos. Construcción de identidad. Ante toda esta realidad, el comercio local es una inversión en el futuro de nuestras comunidades. Desde las tiendas de antigüedades que cuentan historias centenarias hasta las panaderías que hornean pan fresco todas las mañanas, el comercio local presenta un mosaico de opciones para satisfacer necesidades y deseos.
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